La Señorita Marisa en uno de sus primeros años en la Isla
A veces, el comentario más baladí te hace recorrer el espacio de tu memoria y, en ese recorrido, de repente, te paras delante de un rostro familiar. Eso me ha pasado hoy a mí. Le he dicho a una de mis hijas que cuide su libro, que no se doblan las puntas de las hojas. Este comentario me ha trasladado a un aula de mi colegio, con una puerta de corredera enorme, donde escuchaba la voz de una de esas personas que te marcar, la Señorita Marisa. Me ha parecido oír cómo decía “no dobléis los picos de las hojas”. Casi sin querer, mientras iba en el coche para recoger a mi hija al colegio, mi mente ha ido recorriendo los pasillos del colegio Florentina Bou, he repasado las caras y los nombres de mis profesores y profesoras, y hasta he podido saborear las tortillitas de carne de Concha.
La señorita Marisa, D. Juan “Letona”, D. Francisco “el Comparito”, D. Manolo Rico, D. Sebastián (impresionantes sus pantalones de campana y cuadros, y su R-8), D. Benito….
Todas estas personas han dejado algo en mí, en mi manera de ser y de sentir, en mi yo más íntimo.
Recuerdo con mucho cariño la inauguración del colegio, sus grandes puertas, su magnífico gimnasio, la multicopista, en la que tantas veces ayudé a los profesores a hacer lo clichés. Recuerdo a Antonio, con su enorme ramillete de llaves colgadas de su pantalón, metiéndonos prisa a Amparo y a mí para que entráramos, que iba a cerrar la cancela. Recuerdo cómo las mañanas en que había niebla, a la altura de la gasolinera de Cabello, nos gustaba imaginar que la niebla, lejos de ocultar el colegio, lo había hecho desaparecer. Recuerdo los autobuses del Casero que traían a los niños y niñas desde Alfonso XIII y del campo.
Recuerdo que los recreos los pasábamos en la cocina de Concha, cortando el pan que después se serviría en el comedor. Algún día seremos capaces de valorar lo que ese comedor ha supuesto para muchos niños y niñas de la Isla.
También recuerdo los puestos para vender chucherías, las rifas y los festivales para que octavo fuesen de excursión.
Ya casi al final de mis cursos en el Florentina Bou llegó un profesor bajito, muy nervioso, que rápidamente se puso a organizar la biblioteca, era Paco Murcia.
Durante algunos años después de terminar octavo seguí vinculada al colegio. Recuerdo que seguía ayudándole a Francisco Rodríguez con sus tareas de la secretaría del colegio, seguí colaborando con la Biblioteca, aportando fotografías para que Paco y Matías hicieran sus exposiciones (cuánto de ellos hay en este blog) incluso con algún grupo de teatro….
Hoy al escribir estas líneas siento nostalgia de mi colegio. ¿Por qué dejé de ir? Quiero volver, necesito volver al que fue mi colegio, donde recibí la base de mi educación durante siete maravillosos años, quiero volver a comer en el comedor de Concha, quiero volver a llenarme las manos de tinta de la multicopistas, quiero volver a mojarme en la fuente y quiero que Marisa me vuelva a decir que no corra más por los pasillos, quiero volver a compartir un rato con aquellos compañeros y compañeras, profesores y profesoras que, sin yo darme ni siquiera cuenta, tanto me marcaron.
La señorita Marisa, D. Juan “Letona”, D. Francisco “el Comparito”, D. Manolo Rico, D. Sebastián (impresionantes sus pantalones de campana y cuadros, y su R-8), D. Benito….
Todas estas personas han dejado algo en mí, en mi manera de ser y de sentir, en mi yo más íntimo.
Recuerdo con mucho cariño la inauguración del colegio, sus grandes puertas, su magnífico gimnasio, la multicopista, en la que tantas veces ayudé a los profesores a hacer lo clichés. Recuerdo a Antonio, con su enorme ramillete de llaves colgadas de su pantalón, metiéndonos prisa a Amparo y a mí para que entráramos, que iba a cerrar la cancela. Recuerdo cómo las mañanas en que había niebla, a la altura de la gasolinera de Cabello, nos gustaba imaginar que la niebla, lejos de ocultar el colegio, lo había hecho desaparecer. Recuerdo los autobuses del Casero que traían a los niños y niñas desde Alfonso XIII y del campo.
Recuerdo que los recreos los pasábamos en la cocina de Concha, cortando el pan que después se serviría en el comedor. Algún día seremos capaces de valorar lo que ese comedor ha supuesto para muchos niños y niñas de la Isla.
También recuerdo los puestos para vender chucherías, las rifas y los festivales para que octavo fuesen de excursión.
Ya casi al final de mis cursos en el Florentina Bou llegó un profesor bajito, muy nervioso, que rápidamente se puso a organizar la biblioteca, era Paco Murcia.
Durante algunos años después de terminar octavo seguí vinculada al colegio. Recuerdo que seguía ayudándole a Francisco Rodríguez con sus tareas de la secretaría del colegio, seguí colaborando con la Biblioteca, aportando fotografías para que Paco y Matías hicieran sus exposiciones (cuánto de ellos hay en este blog) incluso con algún grupo de teatro….
Hoy al escribir estas líneas siento nostalgia de mi colegio. ¿Por qué dejé de ir? Quiero volver, necesito volver al que fue mi colegio, donde recibí la base de mi educación durante siete maravillosos años, quiero volver a comer en el comedor de Concha, quiero volver a llenarme las manos de tinta de la multicopistas, quiero volver a mojarme en la fuente y quiero que Marisa me vuelva a decir que no corra más por los pasillos, quiero volver a compartir un rato con aquellos compañeros y compañeras, profesores y profesoras que, sin yo darme ni siquiera cuenta, tanto me marcaron.
14 comentarios:
He oido hablar de Francisco Murcia, primero profesor y luego alcalde hasta hace poco. Precisamente, gracias a un amigo que me comentó que otro amigo común era familiar de Paco, supe de su existencia y gracias a él llegué al Blog de Isla Mayor.Y de allí por una casualidad, ya que entraba de vez en cuando vi que dejaban el enlace de este y me vine para aquí.
Muy Bonito lo que haces Marisma. Gracias.
Si me lo permites, Marisma, dejo este poema en honor a todos los educadores de todos los pueblos.
CUANDO SE FUE EL MAESTRO...
(A Don Francisco Giner de los Ríos)
Cuando se fue el maestro
la luz de esta mañana
me dijo: Van tres días
que mi hermano Francisco no trabaja.
?Murió? Sólo sabemos
que se nos fue por una senda clara
diciéndonos: Hacedme
un duelo de labores y esperanzas.
Sed buenos y no más, sed lo que he sido
entre vosotros: alma.
Vivid, la vida sigue
los muertos mueren y las sombras pasan
lleva quien deja y vive el que ha vivido.
!Yunques sonad; enmudeced campanas!
Y hacia otra luz más pura
partió el hermano de la luz del alba,
del sol de los talleres,
el viejo alegre de la vida santa.
Llevad amigos
su cuerpo a la montaña
a los azules montes
del ancho Guadarrama.
Allí hay barrancos hondos
de pinos verdes donde el viento canta.
Su corazón repose
bajo una encina casta,
en tierra de tomillos, donde juegan
mariposas doradas.
Allí el maestro un día
soñaba un nuevo florecer de España.
Antonio Machado.
Precioso poema de Machado, Paco era una buena persona, nadie podrá olvidarlo en Isla. Gracias Antonia
leyendo el post del colegio ¡¡¡ cuanta añoranza ¡¡¡ yo tambien me acuerdo de cuando nos pasaron al colegio nuevo florentina bou q bonito y grande es ,y yo tambien me iva a la hora del recreo a la cocina con concha , y esos filetes rusos tan riquisimos ,q buenos amigos tenia alli no se me olvidaran en mi vida aunque viva mil años ,y mi vida cambie mucho como asi ha sido mi colegio nunca me olvidare de todos mis amigos ,d/ manuel rico ,d/juan letona d/ baldomero d/francisco d/ mariano etc etc .mis maestros
y esas fiestas de fin de curso inolvidable he intentado escribir esto en la pagina de isla mayor pero no he podido , un beso
Hola Mª José, como verás he publicado el comentario por tí ya que tú no podías, muchas gracias. Cuando quieras publicar algo me lo envías como hasta ahora al correo y, si tú quieres, yo te lo publico, un saludo
Hola!
Nos gusta mucho lo que estás haciendo, sin duda alguna, una gran y trabajosa labor por tu parte.
Gracias a este blog nos vamos enterando de la historia de nuestro pueblo.
Enhorabuena.
Amifo
MARISMA Gracias a vosotras por la labor que desarrolaís. Tengo pendiente hacerme socia, pero prometo hacerlo en cuanto pueda. Un saludo
gracias por recordarme de mi cole me he emocionado recordando las puertas correderas los puestos de chuches y sobre todo los fietes rusos nunca lo he comido tan buenos yo era de alfonso y llegabamos en el autobus.otra cosa que no se olvida es el olor del arroz,daria cualquier cosa por volver una mañana a mi colegio
Hola anónimo, muchas gracias por tu comentario. No se si vives en Isla o no, pero si es así, puedes pasarte por el cole cuando quieras, sigue oliendo igual de bien. Un saludo y te animo a que cuentes tu historia, auque sea de manera anónima
hola yo de nuevo la verdad que me queda muy lejos vivo en barcelona hace ya 30 años pero los recuerdos de la infancia es para siempre un saludo y gracias por escribir cosas tan bonitas de la isla que algun dia volvere un saludo
Bienvenido de nuevo. Muchas gracias. Si te gustan los temas de Isla en la página del ayuntamiento puedes encontrar fotos antiguas también, y si te gusta el Rocío me localizas en el tuenti (Salud Cano Muñiz) y tengo fotos de nuestra Hermandad. Un saludo y, si te animas, podemos seguir en contacto, los isleños e isleñas siempre son bienvenidos.
¡Que bien escribes y que lindos recuerdos!
Esa foto corresponde al curso 1965-66 que fue cuando empezó a funcionar el colegio "XXV Años de Paz", hoy llamado "Félix Hernández".
Enhorabuena por haber creado este blog.
Marisa Vidal
Que hecho de menos mi pueblo y que me acuerdo de su gente, de mi colegio y de mis clases de sevillanas, aunque tengo a mi familia alli, hecho de menos ese olor a marismas y a esos amigos que deje ahi,de vez en cuando voy al pueblo y cuando entro por los pisos canuto me entra una alegria inmensa. hecho de menos todo.
Besos salud y me alegro de poder saludarte despues de tantos años, me parece estupendo lo del blog asi estaremos mas cerca de nuestras raices. Mª Belen Mateo Hernandez
Ijos de puta tus muertos direstor
Hola
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